¿Será que el Bundesbank está aflojando? Se une a la tesis del "riesgo de convertibilidad"

El presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi, delineó el plan, la canciller alemana Angela Merkel lo apoyo, y el Bundesbank lo miró con reticencias. Pero poco a poco puede estar cediendo. El mejor indicio son las últimas declaraciones de Jörg Asmussen, el banquero alemán que pertenece al consejo del BCE. 

Como hemos dicho, uno de los factores que explican el alto premio que los inversionistas exigen por detentar deuda de la periferia europea es lo que Draghi llamó “el riesgo de convertibilidad”, esto es, que los países abandonen el euro y regresen a sus monedas nacionales. Pues bien, Asmussen también se adhiere a esa tesis.

En una reciente entrevista al Frankfurter Rundschau, dijo que el aumento de las tasas de los bonos durante los últimos meses en los países mediterráneos “refleja los temores sobre la reversibilidad del euro y, por tanto, riesgos de tipo de cambio” más allá que malas políticas económicas.

De estas declaraciones parece inferirse que el Bundesbank también podría apoyar, en última instancia, la postura de Draghi de que ese “riesgo de convertibilidad” está dañando los canales de transmisión monetaria, y que el BCE puede hacer algo para reparar esa avería.

Además, con sus declaraciones se suma, implícitamente, a los comentarios de Draghi de que “el euro es irreversible”. Si el principal mandato del BCE es la estabilidad del euro, lo que Amussen viene a decir es que no puede haber un euro estable en tanto el mercado descuente, de algún modo, que economías como España e Italia puede regresar a sus antiguas monedas. De modo que una intervención del BCE en el mercado secundario podría estar justificada.

Y si se trata de convencer a los inversionistas de que el euro es irreversible, que no se regresará a las antiguas monedas, es vital que al menos en esta coyuntura, Grecia vuelva a recibir algún tipo de respaldo de Europa. Tampoco esta vez es momento de pensar en echar a Grecia de la eurozona, o echaría por tierra todo el plan que se está orquestando.